¡185 años y seguimos juntos!

Desde su invención, la fotografía ha sido pieza fundamental en el avance en el estudio del cosmos y, por ende, la astronomía también se ha encargado de ser un motor de cambio y evolución para la fotografía misma. Para muchos sería inimaginable que el desarrollo de las cámaras que traen nuestros celulares y que son parte de nuestra vida cotidiana hoy en día se debe, en mucho, a la astronomía.

La invención del telescopio a principio del siglo XVII fue la primera gran revolución en el estudio del cosmos. Este aparato permitió, casi de inmediato, grandes avances en la concepción misma del universo, un ejemplo claro son todos los descubrimientos realizados por Galileo Galilei. Sin embargo, el estudio del cielo seguía estando supeditado tanto a la agudeza visual del astrónomo como a su capacidad de interpretación de lo que estaba observando e incluso a su capacidad de dibujo. Es decir, aun cuando el telescopio permitía observar con mucho más detalle el cosmos, su estudio seguía teniendo la gran limitación de no tener registros precisos, confiables, objetivos y que fueran reproducibles.

Entonces, a principios del S.XIX llega a oídos de Dominique François Jean Arago, astrónomo del Observatorio Real de París y miembro de la Academia de las Ciencias de París, del desarrollo de técnicas que permiten fijar las imágenes formadas dentro de una cámara obscura. Estas técnicas basadas en diferentes compuestos de plata no fueron muy exitosas, en gran parte porque pasado un tiempo la imagen se borraba. Es hasta 1926 (quizá 1927) que Joseph Nicéphore Niépce logra la primera imagen permanente. Su técnica requiere mucho tiempo para poder formar una imagen y es entonces que Luois-Jacque-Mandé Daguerre se asocia con él y hace grandes mejores y cambios sustanciales hasta llegar a la técnica que hoy conocemos como el daguerrotipo y que presentaba enormes ventajas.

Para gran fortuna de la humanidad, Arago era científico y vio el enorme potencial de estas técnicas. En 1930 él es nombrado director del Observatorio de París, diputado y también secretario permanente de la Academia de las Ciencias de París. Siempre preocupado por el impulso de la educación pública, el apoyo a las ciencias y el otorgamiento de premios a los inventores, Arago convence en 1939 a los diputados de comprar la patente de la técnica del daguerrotipo, otorgarle una pensión vitalicia a Daguerre y al hijo de Niépce y otorgar la técnica de la fotografía como un bien para todos. Entonces, el 19 de agosto de ese mismo año, en una sesión pública de la Academia de Ciencias, el mismo Arago acompañado de Daguerre y el hijo de Niépce, presentan la forma de fijar las imágenes formadas en una cámara obscura.

La astronomía había encontrado ya la forma de registrar la luz proveniente del espacio y colectada por un telescopio de manera precisa, objetiva, reproducible y que además permitía hacer mediciones.

A partir de ese momento la evolución de la relación entre la astronomía y la fotografía fue vertiginosa. En unos cuantos años la fotografía, por ejemplo, ya había permitido descubrir componentes desconocidas del Universo como lo eran el gas y el polvo del que nacen las estrellas, impulsando fuertemente el desarrollo de la astronomía. Por otro lado, la necesidad de la astronomía de tener cada vez mayor sensibilidad, resolución, etc. en la captura de imágenes, ha impulsado en estos 185 años el desarrollo de la fotografía. Hoy en día la cámara fotográfica más grande ha sido construida para la astronomía con 106 detectores digitales unidos para formar una cámara de 937 mega pixeles (las mejores cámaras comerciales llegan a penas a 50 Mpx). No conforme, se está construyendo una cámara de 3200 Mpx para el telescopio del Observatorio Vera Rubin en Chile que se espera que sea puesto en marcha a finales de este año.