El 13 de abril del 2029 un asteroide, con forma elongada, de unos 340 metros, pasará muy cerca de la Tierra, a sólo una décima parte la distancia a la Luna, una distancia a la que orbitan algunos satélites artificiales. Éste será, sin duda, un evento extraordinario, no sólo porque sucede cada varios miles años, sino porque nos dará una oportunidad única de estudiar este tipo de objetos. Dada la cercanía y el tamaño, será visible a simple vista en algunas zonas del planeta.
(99942) Apophis es un asteroide potencialmente peligroso (Potentially Hazardous Asteroid, PHA), recibió su nombre de un dios egipcio representado por una serpiente maligna que personificaba al mal y al caos, lo que seguramente sucedería (caos y mal) si llegara a impactarnos. Los PHAs son peligrosos ya que sus órbitas se intersectan con la de la Tierra a distancias de 0,05 unidades astronómicas o menores.
Seguramemente 2029 les suena aún lejano, pero resulta que Apophis tendrá un acercamiento a la Tierra este año. El 6 de marzo a la 1:15 UT (5 de marzo a las 7:15pm hora del centro de México) el asteroide pasará a sólo una décima parte la distancia promedio entre la Tierra y el Sol, y aunque esta distancia equivale a más de 40 veces la distancia Tierra–Luna, será la mejor ocasión para obtener información valiosa que nos ayude a determinar con mayor precisión lo que sucederá en el siguiente encuentro en abril de 2029, así como para los subsecuentes, en particular en 2036 y 2068.
Los astrónomos de todo el planeta se han organizado en una gran campaña observacional para estudiarlo tan bien como sea posible. Decenas, de telescopios de diversos tipos y tamaños están apuntando a este objeto, desde hace semanas, con la finalidad de determinar sus propiedades, tanto orbitales como físicas.
Entre todas las observaciones que se están realizando, quizá las cruciales se llevarán a cabo utilizando la técnica de radar, los primeros días de marzo, para esto, el complejo de Goldstone, en Estados Unidos, servirá de emisor, mientras que el radiotelescopio de Green Bank, estará recibiendo el rebote de la señal, los ecos.
Desde México varios observatorios se han sumado a la campaña, por ejemplo, los astrónomos del INAOE ya han obtenido imágenes de Apophis con la Cámara Schmidt de Tonantzintla, en Puebla, y se preparan para hacer lo mismo con el telescopio de 2.1m en Cananea, Sonora. La idea es contribuir con tantas observaciones como sea posible para, de esta manera, en unos meses, tener mayor certidumbre de sus propiedades físicas, así como de su futuro, y del nuestro, desde luego.
Tres astrónomos del Observatorio Nacional de Kitt Peak en Tucson, Arizona, descubrieron
Apophis el 19 de junio de 2004. Desafortunademente, debido a las nubes y algunos problemas técnicos, sólo pudieron observar el asteroide durante dos días. A finales de ese mismo año, astrónomos australianos del Observatorio Siding Spring lo -redescubrieron- reportando un nuevo Asteroide Cercano a la Tierra (Near Earth Asteroid, NEA) el 20 de diciembre de 2004.
Designado oficialmente como 2004 MN4, ya popularmente conocido como Apophis, subió a la fama rápidamente ya que los cálculos orbitales iniciales establecían que había un 2,7% de probabilidad de impactar la Tierra en 2029. Afortunadamente, observaciones adicionales refinaron la órbita y descartaron esa posibilidad.
El paso cerca de la Tierra de Apophis en 2021 servirá también para otros dos fines. Por un lado, simulando que no conocemos a Apophis, se medirá la rápidez de los observatorios de la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN por sus siglas en inglés) para descubrirlo, y por otro, servirá para preparar una respuesta internacional en el caso de llegar a descubrir un asteroide con alta probabilidad de impactarnos.